Marruecos se echó ayer a la calle contra el Partido Popular en lo que fue una masiva manifestación contra los conservadores españoles y una expresión del orgullo patrio. "PP+Polisario=nazi" o "PP+fascista=corrupción". Estos fueron algunos de los lemas más agresivos que cientos de miles de marroquís exhibieron ayer en la ciudad de Casablanca. Al PP le achaca la opinión pública marroquí haber permitido que el Parlamento Europeo aprobara una resolución para investigar, bajo los auspicios de la ONU, el violento desmantelamiento del campamento-protesta saharaui el 8 de noviembre.

Al frente de la marcha, que se desarrolló sin incidentes, se encontraba el primer ministro, Abbas el Fassi. Detrás, una marea de banderas marroquís, fotos del rey Mohamed VI, proclamas contra el PP y los medios de comunicación españoles se extendieron a lo largo y ancho de la capital económica de Marruecos e incluso llegaron a alcanzar la autopista que une esta ciudad con Rabat. En las cunetas de esta vital arteria descansaban centenares de autobuses, minibuses, taxis, camionetas y coches privados fletados por el régimen desde diferentes ciudades del sur del país para que la convocatoria fuera multitudinaria.

La agencia oficial MAP llegó a cifrar la asistencia en tres millones de personas, pero el Ministerio de Asuntos Administrativos la rebajó a un millón. Aunque esta última cifra parezca también exagerada, lo cierto es que los organizadores estaba eufóricos. "Estamos muy satisfechos con la participación. Jamás había visto algo igual. Todos los partidos políticos y asociaciones han acudido a nuestra llamada", explicó Driss Lachgar, el coordinador de la marcha nacional y ministro de Relaciones con el Parlamento. "Esta marcha popular constituye también una denuncia de la actitud de ciertos medios españoles nostálgicos de la época colonialista", añadió.

Los métodos empleados para llenar las calles de la capital económica del país recuerdan la omnipresente Marcha Verde, de la que ahora se cumplen 35 años. Muchos de los que llegaban ayer al bulevard Mohamed VI, la avenida principal donde se inició la protesta, lo hacían sin conocer el origen de la manifestación. Exhortados por la policía de sus barrios, se arrimaron a la protesta envueltos en banderas marroquís y blandiendo retratos del actual Rey y su padre, Hassan II: "¡Que nadie se atreva a tocar mi país!", gritaban caldeados y al unísono un grupo de jóvenes. A la pregunta de ±¿Por qué estáis aquí?", respondían: "Por amor a la patria y al Rey".

"¡EL SAHARA ES NUESTRO!" Aunque la protesta, convocada por todos los partidos políticos marroquís, tuviera como principal objetivo atacar al PP por no evitar la resolución de la Eurocámara tachada por el Gobierno marroquí de "precipitada" y "parcial", y por el acercamiento del PP a los saharauis, la mayoría de los jóvenes se limitaban a defender con vehemencia la integridad territorial del país.

"Estamos aquí para que el Polisario, sus amigos españoles y Argelia se enteren bien de que el Sáhara es marroquí y siempre será nuestro", espetó Mohamed Alí, subido en una pequeña furgoneta. Ayer por la noche, sonaron bocinas de los coches a favor de la causa nacional y a través de algunos foros en internet se pedía que mañana continuaran las protestas, pero esta vez en el seno de las universidades y los colegios. El objetivo: defender la marroquinidad del Sáhara y homenajear a esos agentes marroquíes muertos en el desalojo del campamento, a quienes se considera "mártires en cumplimiento de su deber nacional".