La encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dada a conocer ayer, viene a profundizar en las peores pesadillas del PSOE. El sondeo, llevado a cabo a través de 17.500 entrevistas elaboradas del 4 al 22 de mayo, refleja un claro sorpasso de Unidos Podemos sobre los socialistas, tanto en votos como en escaños, algo que supondría un triunfo incontestable del partido morado, IU y sus confluencias y colocaría al partido liderado por Pedro Sánchez en una situación inédita. El PP, según el estudio, ganaría las elecciones del 26 de junio de forma clara, con el 29,2% de los votos y entre 118 y 121 escaños. Por detrás, Unidos Podemos y sus satélites territoriales con el 25,6% de los apoyos (de 88 a 92 diputados); el PSOE, que lograría el 21,2% de las papeletas (entre 78 y 80 asientos en el Congreso), y Ciudadanos, con un 14,6% de los votos y entre 38 y 39 escaños.

El bloque de izquierdas se situaría muy cerca de la mayoría absoluta de los 175 diputados. En la hipótesis más beneficiosa para esta opción, la suma de Unidos Podemos y los socialistas alcanzaría 172 escaños. En la peor, 166 representantes, cinco más que en los comicios del pasado año. El PSOE, en cualquier caso, podría encontrarse en una tesitura envenenada, teniendo que elegir entre aliarse con el partido morado y hacer presidente a Pablo Iglesias o permitir la continuidad de Mariano Rajoy con su abstención, indispensable para que se diera este desenlace. La derecha sufre un retroceso: la unión del PP y Ciudadanos solo sumaría entre 156 y 160 escaños.

BENEFICIADOS Y PERJUDICADOS Si se produjesen estos resultados en los comicios de dentro de 17 días, el PP se mantendría estable respecto a las generales del pasado 20 de diciembre, cosechando un 0,5% más de votos que el 28,72% que logró entonces, pero menos escaños, ya que obtuvo 123. Los más perjudicados por lo ocurrido en los últimos seis meses son, paradójicamente, quienes lideraron los esfuerzos para evitar la repetición de elecciones: los socialistas, que perderían un punto de apoyo y conseguirían entre 10 y 12 diputados menos de los 90 cosechados el 20-D. Y el más beneficiado sería Unidos Podemos. Sobre todo en escaños (logró 69 el pasado año, más dos de IU), pero también en votos. La suma del partido morado y las siglas que lidera Alberto Garzón, por separado, aglutinaron en diciembre el 25,3% de las papeletas, frente al 25,6% que el CIS les otorga ahora en coalición. Ciudadanos, por último, aumentaría sus apoyos en casi siete décimas, pero perdería entre uno y dos diputados.

LOS INDECISOS La encuesta preelectoral del CIS es, con mucha diferencia, el estudio demoscópico con muestras más amplias, y en las anteriores elecciones se acercó al resultado tanto del PP como del PSOE, sobrevalorando a Ciudadanos y minimizando a Podemos. Pero su trabajo de campo se lleva a cabo con mucha antelación. En este caso, comenzó hace más de un mes. Y el escenario actual se mantiene abierto, como refleja el propio sondeo, que cifra en más de un 32,4% el porcentaje de indecisos, una cifra, aun así, menor que la de justo antes de las generales del 20 de diciembre, cuando, según el organismo público, era del 41,6%. La inmensa mayoría bascula entre el PP y Ciudadanos (10%), el PP y el PSOE (9,4%), el PSOE y Ciudadanos (8,9%) y el PSOE y Podemos (7,5%). Es decir, los socialistas, que no ganarían en ninguna comunidad y empatarían con los populares en algunos de sus tradicionales feudos, como Andalucía y Extremadura, tienen más capacidad que el resto para atraer al votante dubitativo.

Esta encuesta ha sido acogida de distinta forma por los partidos, en función de como salen. Para el PP es una preocupación que Unidos Podemos se convierta en segunda fuerza política en España, ya que considera que son unos extremistas que podrían provocar el retroceso de la economía española.

Para el PSOE "ni ha habido, ni hay ni habrá sorpasso de Unidos Podemos y asegura que "los españoles quieren más al Partido Socialista que las empresas de demoscopia".

Para Unidos Podemos lo que se quiere es lograr un gobierno de cambio, que permita eliminar la política de los recortes del PP, mientras que Ciudadanos aboga por ser decisivos para el futuro gobierno, única forma de lograr la centralidad que España necesita en estos momentos.