CiU verá el comienzo del baile de los pactos poselectorales desde la barra. No tiene prisa por encontrar pareja y, sabiendo que no está nada claro que acabe bailando, prefiere esperar a que sea el PSOE quien fuerce el encuentro. Además, con el inesperado frente que la crisis de ERC abre en Cataluña, más motivo para sentarse a ver cómo evolucionan las cosas.

Este es más o menos el planteamiento de los nacionalistas, si bien la parte que atañe a ERC no fue explicitada. Josep Antoni Duran Lleida aseguró que la federación tendrá grandes oportunidades esta legislatura, aunque aceptó que no es el único socio con el que José Luis Rodríguez Zapatero puede sacarla adelante.

"CiU es la única fuerza decisiva por sí sola", subrayó aludiendo a que no hay otro partido que no sea el PP que sume la mayoría absoluta con el PSOE. Pero admitió que los socialistas cuentan con otros apoyos: "Somos conscientes de que hay otras alternativas". Duran, que asumirá personalmente toda negociación, insistió en que los nacionalistas no tienen "ninguna prisa" para hablar. "Mientras, wait and see", afirmó el democristiano repitiendo esta expresión inglesa.

CON LA MIRADA EN ERC La ejecutiva de CiU era una de las reuniones más esperadas de los nacionalistas, ya que en ella debían abordarse las presuntas diferencias sobre la política a seguir en el Congreso. Pero, según Duran, no hay discrepancia alguna. El encuentro duró unos 20 minutos y no incluyó un análisis en profundidad de los resultados.

A que no haya conflicto en CiU contribuyen dos realidades. Una atañe a la política española y la otra a la catalana. El primer condicionante es que lo más probable es que CiU no tenga opciones de entrar en el Gobierno, como quería Duran, que ayer lo admitió --"Sinceramente, no veo esta posibilidad. No se puede descartar nada, pero no lo veo", dijo--, pero tampoco parece viable buscar un cambio en la Generalitat, como quería la cúpula de CDC: todo apunta a que ni el respeto a la lista más votada ni el adelanto de las autonómicas fructificarán, al menos por la vía de pactarlo con el PSOE.

La segunda derivada es la inesperada crisis de ERC, que alimenta las esperanzas nacionalistas de que el tripartito zozobre y propicie, sin pasar por la Moncloa, ese adelanto electoral tan deseado. El número dos de CDC, Felip Puig, afirmó que los republicanos han "fracasado" en su empeño de relevar a CiU y de comer terreno al PSC, aseguró que la crisis republicana se ha trasladado al Gobierno catalán y exigió explicaciones al president , José Montilla. La federación hurga, pues, en las diferencias del tripartito y ofrece una imagen pacífica que contraste con las tensiones republicanas.

BAILA EL 11º DIPUTADO CiU no está convencida de conservar el escaño que el domingo logró y perdió varias veces. Y el matiz es de peso: si se logra el 11º será el de Manel Silva, de Unió, lo que dejaría a los democristianos con cinco diputados y la posibilidad de tener grupo propio si algún día vuelan en solitario.