CiU, PSC, Iniciativa y, aunque parezca incoherente, también ERC, buscaron ayer con ahínco en el Senado el choque con el PP, hoy por hoy la mejor estrategia con la que garantizar una suficiente victoria del en el referendo previsto para el 18 de junio. Así lo admiten en privado no pocos dirigentes socialistas y convergentes.

Ese extraño plan de poner altavoz a las opiniones más extremas del PP resultó especialmente llamativo ayer en la Cámara alta. La cúpula popular delegó el debate en segundas filas y en Josep Piqué, que se enfrentaron con primeros espadas como Manuela de Madre (PSC), Artur Mas (CiU), Joan Saura (ICV) y Josep Lluís Carod-Rovira (ERC).

BANCO AZUL VACIO Fue una jornada desangelada. El banco azul del Gobierno estuvo permanentemente vacío. Pasqual Maragall abrió la sesión, pero después se quedó sólo para escuchar con mirada distraída a los consejeros de la presidencia de las comunidades gobernadas por el PP. Cuando intervino Piqué, ya no estaba. De las autonomías del PSOE no fue nadie.

Así, en definitiva, sólo despuntó, por voluntad expresa de la delegación catalana, el rechazo del PP al Estatuto catalán y, en consecuencia, el argumento de que votar es darle un revés al partido de Mariano Rajoy.

Maragall abrió el debate en la Comisión de las Comunidades Autónomas con un discurso en el que sentenció que, reconociendo a Cataluña como nación, España sale fortalecida. "Gana en estabilidad, en realismo y apuesta por la fórmula que mejor puede garantizar su continuidad y su progreso como realidad plural", argumentó, para agregar que, en cambio, negándose a reconocer ese "clamor" ciudadano, España "perdería el sentido de la realidad y el respeto de millones de catalanes".

Mas, Carod-Rovira, Saura y la socialista Manuela de Madre intervinieron como si el de ayer fuera el debate del que depende el futuro del Estatuto. El líder de CiU, cuando casi todos los consejeros de la presidencia del PP se habían ido ya, les afeó por ingrato su menosprecio a la definición de Cataluña como nación. "Si no fuera por la conciencia nacional de Cataluña no habría Estado de las autonomías", dijo.

ATAQUES FRONTALES De Madre buscó el golpe directo al hígado popular. "El único modo que ustedes conocen de hacer política es la falsedad y la mentira", acusó, tal vez con ánimo de lograr viscerales réplicas posteriores de los dirigentes del PP. No fue así. Piqué tomó el timón el resto de la jornada y fue fiel a su estrategia de no darle a los defensores del el placer de que el referendo se transforme en un plebiscito contra el PP.

Al final, pasaron las horas y la aguda crisis interna de ERC no se coló en el debate. Formalmente no tenía sentido, pues la sesión estaba convocada para analizar la propuesta de veto del PP al Estatuto, que fue tumbada con los votos incluso de ERC.