Educadores infantiles, profesores universitarios, carpinteros, administrativos, comerciales... En paro o empresarios. Son los miembros de la banda terrorista ETA que, después de haber cumplido su pena, al acogerse a medidas de reinserción o como arrepentidos, han abandonado la cárcel y han rehecho su vida. Desde el año 1996 hasta hoy, los etarras que han regresado a sus pueblos suman ya 387. La mayoría se cuida mucho de no tener nada a su nombre ni de hacer visibles sus sociedades para evitar el pago de las indemnizaciones a sus víctimas, según publica esta semana la revista Interviú. En virtud de la ley de protección de las víctimas, el Estado ha pagado en indemnizaciones adelantadas por daños sufridos en atentados terroristas un total de 220 millones de euros (36.605 millones de pesetas). Esa es la deuda hasta ahora cuantificada --nunca la total-- de los terroristas.