El constitucionalismo se desmarcó un año más de los actos institucionales con motivo de la Diada y cada partido marcó perfil propio frente a unas conmemoraciones oficiales que ven doblegadas al servicio del independentismo.

Ciudadanos (Cs) colgó una pancarta en el cruce entre la Avenida Diagonal y la Vía Augusta en la que se podía leer «Cataluña somos todos. Hoy y siempre», mientras el PPC leyó un manifiesto en defensa de la Constitución y el Estatut desde su sede. Ambos cargaron contra el Gobierno catalán por «expulsar y enfrentar» a los catalanes y urgieron al presidente, de la Generalitat, Quim Torra, un adelanto electoral: «Deje ya de amenazar con referéndums ilegales y convoque elecciones democráticas», espetó la líder del partido naranja, Lorena Roldán, que se comprometió a indagar cuánto cuestan los eventos oficiales de la Diada, ya que los considera una «fiesta privada del independentismo».

Dando por «muerta» la legislatura catalana, el dirigente popular Alejandro Fernández volvió a llamar al constitucionalismo a «encontrar fórmulas de entendimiento, respetando las legítimas diferencias ideológicas pero siempre anteponiendo lo que nos une a lo que nos separa». Con este argumento, volvió a insistir en la idea de Cataluña Suma, una coalición de centroderecha que una al PPC y a Cs, pero los naranjas la descartaron por enésima vez.

CASANOVA Y ALLENDE / Preguntado por el discurso de Torra, Fernández espetó: «Si no es capaz siquiera de aprobar unos presupuestos, ¿qué autodeterminación o insurrección va a liderar este buen hombre?».

El PSC acudió como cada año a la ofrenda floral a Rafael Casanova y después rindió su particular homenaje al expresidente chileno Salvador Allende. Una ruta que resiguieron los comuns, junto a sindicatos y partidos de la izquierda catalana.

«volver a la política» / El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, reclamó al tablero político que la llegada del fallo del Tribunal Supremo no impida «volver a la política, cuanto antes» y animó a aprovechar la Diada para buscar consensos para abrir un nuevo capítulo que supere la «división».

Unos consensos que, a su juicio, pasan por un «mejor autogobierno, mejor financiación y mejor reconocimiento de la diversidad en España» y que se nutren de metas colectivas como el «progreso económico, la justicia social, el equilibrio territorial y la lucha contra el cambio climático».

La líder de Catalunya En Comú Podem, Jéssica Albiach, tiró del hilo y advirtió a Iceta que «la unidad civil no puede ser sin la libertad de presos». Sobre la sentencia del 1-O, Albiach requirió a Torra que «ponga por delante» la excarcelación de los independentistas y le recordó que, si quiere sumarles en la reacción a un fallo condenatorio, deberá encontrar una fórmula «que sea inclusiva» y que no despunte estrategias unilaterales con las que no comulgan.