El Gobierno y la mayoría de los partidos políticos -PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos entre ellos- coincidieron ayer en rechazar la propuesta del presidente de Vox, Santiago Abascal, de permitir que ciudadanos sin antecedentes y en pleno uso de sus facultades mentales puedan disponer de un arma en su casa.

La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, rechazó este «cambio radical urgente en la ley: es muy insensato, nosotros no queremos armas, no queremos de ninguna de las maneras parecernos a Estados Unidos en ese aspecto». «Jamás hemos tenido algo así, salvo en épocas horribles del pasado como fue la guerra civil», apuntó en RNE la también ministra de Educación y Formación Profesional.

El PSOE ve en la propuesta una «crítica» velada a la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Desde Ferraz, el portavoz adjunto del Comité Electoral del PSOE, Felipe Sicilia, tachado de «auténtica barbaridad» la propuesta, una idea que a su juicio confirma el grado de «radicalización» de Abascal.

El presidente del PP, Pablo Casado, criticó que Abascal propugne llevar «armas por la calle», un planteamiento al que el PP se niega en rotundo.

Desde Podemos, el secretario de Relación con la Sociedad Civil, Rafa Mayoral, calificó la idea de «otra ocurrencia más para que hablemos de esta formación política».

Por Ciudadanos, su secretario de Programas, Toni Roldán, dijo que ven con preocupación «la última ocurrencia» de Vox y que quiera «inventarse» un problema de inseguridad que no existe. «Yo no quiero un país con tiroteos en los colegios ni locos con pistola», insistió a través de Twitter Albert Rivera, que mostró su apoyo y confianza en la Guardia Civil y la Policía. «Más medios y recursos policiales y menos ocurrencias», zanjó.