Las persecuciones por parte de decenas de periodistas a la puerta de la Ciudad de la Justicia de Málaga evidenciaban la realidad. Junto a los delincuentes comunes, obligados a pasar por un estrecho pasillo junto a la prensa, las estrellas de la corrupción en Marbella. Solo para ellos se habilitó un pasillo central en la escalera por el que, entre flases, entraban en la audiencia como si se tratara del preestreno de una película y no el momento previo a un juicio. Faltaron la alfombra roja y las firmas de autógrafos. Los imputados no estaban por la labor de afrontar preguntas incómodas y con gesto teatral caminaban con la vista en el suelo. Eso sí, algunos aceptaron la petición de pararse unos instantes para posar ante las cámaras y el constructor cordobés Rafael Gómez, alias Sandokan, incluso se avino a acercarse al reportero de un conocido programa del corazón para manifestar su "total tranquilidad".

Los pasos de los imputados fueron seguidos muy de cerca por curiosos, familiares y funcionarios, que estiraron la pausa del desayuno y el cigarro para no perderse detalle del escote de Marisol Yagüe, la corbata de Julián Muñoz o los trajes de Isabel García Marcos. "Esto es un espectáculo", describía uno.

Y es que, como recordó durante la vista uno de los acusados, el abogado madrileño Francisco Soriano Pastor, ellos son otra cosa. Lo ilustró con una anécdota. "Mis nietos ya usan internet, y cuando les pregunté si se decía de mí que era un chorizo, me respondieron que no, que me calificaban como un malayo ".

Tampoco faltaron los espontáneos que mantenían que la que tenía que estar sentada allí era Isabel Pantoja, y dejaban caer la versión de que la habían exonerado de acudir para evitar la prensa. Era inútil tratar de convencerles de que la cantante va en una pieza al margen de la trama Malaya.

Ya en el interior, el tribunal mantuvo a la prensa rosa razonablemente al margen. Pero el morbo volvió a triunfar en formato de 42 pulgadas, las de la pantalla instalada en el pasillo para los curiosos que no lograron acceder a la sala.