El alcalde electo de Barcelona, el socialista Joan Clos, empezó a repartir oficialmente ayer la parte del pastel de poder que corresponderá a sus socios de Gobierno, Jordi Portabella (ERC) e Imma Mayol (ICV), que asumirán la segunda y tercera tenencia de alcaldía respectivamente, además de la gestión de un distrito cada uno. La velocidad con que se ha cerrado el preacuerdo del programa de gobierno, escorado a la izquierda y "progresista", obedece al interés mutuo del alcalde por asegurarse el voto de sus aliados, y de éstos para arrancar cuotas de mando antes de que Clos renueve su cargo.

Los tres candidatos suscribieron un documento que servirá de base para un acuerdo definitivo que establece las líneas de actuación del ayuntamiento. Los ejes del acuerdo hacen hincapié en temas de justicia social, sostenibilidad y proyección de la ciudad.