Isaías Carrasco Miguel, de 42 años, era antes que político un trabajador, un currante como cualquier otro que se ganaba la vida cobrando peajes de autopista para la empresa Bidelan en la salida de Bergara de la AP-1. De hecho, Carrasco, que antes se dedicó a la construcción, ya no era ni concejal en activo. En las municipales del pasado 27 de mayo, ocupó el sexto puesto en la lista socialista en Arrasate y no entró en el ayuntamiento, feudo aberzale.

El exedil socialista muerto a tiros deja mujer y tres hijos, dos chicas y un niño de apenas cuatro años, con quienes vivía en el barrio obrero de San Andrés de Arrasate. A esta localidad emigró de niño con sus padres, naturales de Morales del Toro (Zamora).

Militante de base del PSE- EE y del sindicato UGT, Carrasco fue concejal en Arrasate entre el 2003 y el 2007. Formó parte de la comisión informativa para el desarrollo estratégico y fue representante en el consejo de Medio Ambiente y miembro en la junta de gobierno de la comunidad del Alto Deba. En esos años, el entonces edil, un gran aficionado al fútbol, acudía al peaje con un escolta. Al parecer, pese a que no entró en el ayuntamiento, el PSE le ofreció seguir con vigilancia, pero no quiso. No se consideraba objetivo de ETA y era partidario del proceso de paz.