"España es campeona del mundo de baloncesto". A las 14.15 horas, el presidente del Gobierno interrumpió su defensa de que un país se cohesiona con políticas sociales para anunciar a los 35.000 congregados en Rodiezmo que la selección había derrotado a Grecia en la final del Mundial de baloncesto en Japón. Buena parte del público seguía los discursos con un oído, y el partido con el otro. El presidente había llegado cuando comenzaba el segundo cuarto. Antes de subir al escenario se detuvo ante un monitor de televisión a interesarse por el partido. Después, en pleno mitin, un miembro de su séquito le pasó un papel con el resultado final.