El concejal de ANV en Derio, Juan Ruiz, expresó ayer su "más contundente rechazo" a la bomba colocada por ETA en la sede socialista del municipio la madrugada de ayer. Es la primera vez desde las municipales de mayo que un electo de este partido ahora en fase de ilegalización se desmarca públicamente de un atentado y afirma, además, que este tipo de actos violentos "no conducen a nada".

La nota que el propio edil difundió a última hora de la tarde como grupo municipal pedía a ETA en primer lugar y a los gobiernos español y francés que den los "pasos necesarios" para poner fin a las acciones "represivas y violentas".

"SOLIDARIO" CON EL PSOE En declaraciones a Radio Euskadi, el edil adujo que no había asistido a la junta de portavoces que se celebró a primera hora de la mañana en el ayuntamiento porque no le habían avisado. En su comunicado, expresó su "solidaridad" con el PSOE de Derio, con sus militantes y con los vecinos afectados, y se comprometió a trabajar para que todas las personas y sensibilidades políticas del municipio puedan "expresarse y actuar sin ninguna coacción o amenaza".

El pronunciamiento llegó después de que el resto de fuerzas emplazara al edil de ANV a pronunciarse sobre el atentado etarra. Dirigentes del PNV y del PSE habían subrayado el silencio de Ruiz durante buena parte de la jornada, pero a diferencia de lo que ha sucedido hasta ahora en otros consistorios donde se han producido atentados, el edil quebró el mutismo habitual de la formación aberzale ante las acciones etarras.

Coincide que esta voz crítica se ha manifestado apenas cuatro días después de que históricos dirigentes de ETA encarcelados, como Francisco Alvarez Santacristina, Txelis , o Fernando Pikabea, hayan expresado sus discrepancias con la continuidad de la lucha armada y la disciplina de silencio impuesta por ETA.

DAÑOS MATERIALES ETA usó un artefacto de tres kilos de amonal para atentar la madrugada de ayer contra la sede del PSE en Derio (Vizcaya). Según fuentes de la lucha antiterrorista, no parece que el objetivo de la banda fuera causar víctimas. El artefacto estaba en una mochila y una bolsa que fueron detectadas rápidamente por la Ertzaintza después de que una llamada alertara al 112 de que a la una de la madrugada estallaría la bomba.

Según explicó un testigo, el artefacto fue depositado por dos encapuchados, que lo situaron de forma que la onda expansiva se dirigiera hacia el interior de la sede socialista. No hubo que lamentar daños demasiado graves, aunque los vecinos tuvieron que abandonar sus casas hasta la madrugada.