La Audiencia Nacional condenó ayer a 11 años de prisión al jefe del comando itinerante de ETA, Henri Parot, por haberse integrado de nuevo en la organización terrorista en el 2001 mientras estaba en la cárcel. Sin embargo, los jueces le absuelven del delito de proposición de asesinato porque la banda no atentó contra ninguno de los objetivos que Parot propuso en una carta que remitió desde el penal de Córdoba. Esta nueva condena agrava la situación penitenciaria de este sanguinario terrorista.

El Tribunal Supremo modificó su interpretación sobre la aplicación de los beneficios penitenciarios a los condenados por el Código Penal de 1973 precisamente cuando Parot pidió que se le acumularan esas medidas en el 2005. El tribunal estableció que las redenciones no podrían acumularse, sino que eran de aplicación sucesiva sobre las distintas condenas hasta cumplir tres décadas en prisión.

Ese es el caso de Parot, condenado a miles de años de cárcel por haber cometido algunos de los atentados más sangrientos de ETA. Ahora, esta condena añade 11 años a los 30 que el etarra ya debía cumplir. Para los jueces, dejó de pertenecer a la banda terrorista cuando fue detenido en Sevilla en 1990, pero reanudó su actividad en el 2001 cuando envió una carta a la dirección de ETA en la que proponía una serie de atentados mientras estaba preso en Córdoba.

LAS DIFERENCIAS Sin embargo, el grupo terrorista no siguió sus indicaciones. Por ello, los jueces le condenan por pertenencia a banda armada, ya que, a diferencia del etarra Iñaki de Juana Chaos, los escritos de Parot iban dirigidos a la cúpula de ETA y no al diario Gara . La Audiencia Nacional no condenó a De Juana por ese delito, al considerar que no se había reintegrado en ETA.

Por otra parte, la fiscalía rebajó ayer en 10 años, de 39 a 29, su petición para los miembros de ETA Izkur Badillo, Gorka Vidal y Beñat Barrondo que en febrero del 2004 transportaron a Madrid 586 kilos de explosivos en una furgoneta.