LA AUDIENCIA Nacional condenó ayer a 15 años de prisión a Endika Lejarcegui por haber quemado un cajero automático en el 2000 en Salvatierra-Agurain (Alava). El joven tiró una capucha en el lugar de los hechos que fue cotejada con su ADN. El acusado dijo haberse entrevistado con dirigentes de ETA, pero negó el incendio del cajero.