La Audiencia Nacional ha condenado a 48 años y seis meses de prisión y a 36 años y seis meses a los etarras Fernando Díez Torre y Joseba Urrusolo Sistiaga por el asesinato del agente de los TEDAX Enrique Martínez Hernández en Llisá de Munt (Barcelona) en 1992, que murió al hacer explosión un coche-bomba.

El tribunal que le juzgó el pasado 25 de octubre y que presidía Fernando García Nicolás les ha imputado los delitos de asesinato terrorista, estragos, robo de vehículos y falsificación de documento público, un delito, este último, que no ha atribuido a Urrusolo. Además, ha condenado a ambos a que indemnicen a la viuda del agente y a su hija con una cantidad de 600.000 euros y al pago de los daños materiales ocasionados a los inmuebles afectados por la explosión.

Los hechos sucedieron el 19 de marzo de 1992 cuando Enrique Martínez, cabo primero de los TEDAX, estaba reconociendo un vehículo en esa localidad barcelonesa, sobre el que se había recibido un aviso de que se trataba de un coche-bomba -previamente robado y cuyo dueño se encontraba supuestamente en el maletero-. El guardia civil se acercó al automóvil y preguntó si había alguien en el maletero, pero al no obtener respuesta, se introdujo en el vehículo, momento en el que se produjo la detonación.

Las penas impuestas, así como la indemnización fijada, son las mismas que solicitó el fiscal Jesús Alonso en sus conclusiones definitivas.