El vicepresidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, aceptó ayer las disculpas de Pasqual Maragall tras la polémica por la fotografía de la corona de espinas en Jerusalén, pero advirtió de que "el perdón" debe llevar aparejado el propósito de enmienda. "Siempre quiero seguir lo que el Señor dijo en la cruz y estar dispuesto al perdón. Y el perdón es que no se vuelva a repetir", sentenció.