Los siete políticos y activistas catalanes presos en la cárcel de Soto del Real han «confraternizado» con otros dos reclusos vecinos, Luis Bárcenas y Rodrigo Rato, y pasan mucho tiempo con ellos, en el módulo 10 donde todos están encerrados, según confirman a este diario fuentes penitenciarias. Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull ocupan desde su llegada a Madrid celdas en el primer piso del módulo 10. Dos de ellos tienen como «vecinos» en las celdas que dan sobre sus cabezas a Luis Bárcenas y Rodrigo Rato, encarcelados allí por sendos casos de corrupción, según aseguran trabajadores de la cárcel.

Funcionarios y trabajadores de Soto del Real consultados explican que desde que llegaron al módulo 10, los siete procesados por el procés han hecho «buenas migas» con los dos exdirigentes del PP. «Coinciden en la biblioteca, en la sala de ordenadores. Muchas tardes se sientan juntos en la zona común a la hora del café. Los domingos, todos van a misa», explican. Junqueras, Romeva y el resto de políticos catalanes, para quienes se pide hasta 25 años de prisión por un delito de rebelión, hablan con Rato y Bárcenas, ambos ya condenados, según quienes han estado presentes, de «cómo van sus procesos judiciales, cómo es el tribunal, qué tal ha ido el día...».

La cárcel es un sitio duro y a veces hace falta destensar el ambiente. Así que los políticos catalanes encarcelados y los otrora poderosos hombres del Gobierno Aznar y el PP tienen animadas charlas sobre otro asunto menos trascendente para sus futuros: «Se pican mucho unos a otros con temas deportivos, sobre todo con la rivalidad Barça-Madrid», explica un trabajador de la cárcel, que recuerda el «caliente pero sano» debate ocurrido cuando todos vieron juntos la final de la copa del Rey de baloncesto, concluida con un final polémico y el triunfo del Barcelona.

Un funcionario consultado entiende la relación que se ha trabado entre los políticos de signo y acusaciones tan diferentes. «Todas estas personas, de Junqueras a Rato, son gente culta, formada, con un buen nivel de conversación e inquietudes distintas a la mayoría de los reclusos. Están casi físicamente juntos porque sus celdas están unas encima de las otras; es natural que hablen y tengan una relación fluida».

Todos los políticos catalanes, tanto los siete hombres encarcelados en Soto como Dolors Bassa y Carme Forcadell, recluidas en la prisión de Meco, tienen un «buen trato» con los funcionarios, especialmente Cuixart y Sánchez, que ya pasaron meses en la prisión antes de ser trasladados a cárceles catalanas con el cambio de Gobierno. Fuentes de la cárcel de Soto afirman que sus celdas fueron pintadas y se les puso colchones nuevos una semana antes de que llegaran. También que los dos Jordis parecen «algo alejados y distantes» entre ellos respecto a la primera vez que estuvieron en esa misma prisión.

Rosell, nuevo vecino

Desde el pasado fin de semana, los políticos catalanes tienen un nuevo compañero de módulo, el expresidente del Barcelona, Sandro Rosell, trasladado como ellos a una cárcel madrileña para afrontar su juicio en la Audiencia Nacional. La fiscalía pide para él 11 años de prisión por supuesto blanqueo de dinero y pertenencia a una organización criminal. En el mismo módulo 10 están varios condenados por las tarjetas black de CajaMadrid y los máximos responsables de las clínicas iDental.

El módulo 10 es uno de los cinco espacios «de respeto» que hay en la cárcel de Soto del Real. Eso significa que las celdas, por ejemplo, se dejan abiertas. Tiene un piso bajo de zonas comunes y dos pisos superiores con celdas. Los presos son quienes se encargan de establecer los turnos de limpieza, regular la vida diaria allí y hacer que todos cumplan las normas.