El Congreso autorizó ayer, por primera vez por anticipado, un envío de tropas españolas al extranjero. Por abrumadora mayoría, la Cámara baja respaldó la decisión del Gobierno de enviar tropas españolas a Afganistán y un centenar de guardias civiles a Haití. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció además que este mismo año presentará una reforma legal que obligará al Gobierno a consultar siempre a las Cortes antes de participar en misiones militares internacionales.

En una jornada calificada de "histórica" por Zapatero, el Congreso avaló, con un amplísimo consenso, el acuerdo del Consejo de Ministros de destinar tropas a garantizar la celebración de las elecciones en Afganistán y la pacificación de Haití. La resolución del PSOE concitó el apoyo de otros cinco grupos --PP, CiU, ERC, PNV y Coalición Canaria, además de Cha-- y el rechazo de IU-ICV, BNG, Eusko Alkartasuna y Nafarroa Bai. La votación principal reflejó 302 votos a favor, diez en contra y una abstención.

Cinco horas de debate permitieron discutir el fondo --la misión en Afganistán-- y la forma, el debate en sí mismo. También hubo tiempo para el cruce de dardos dialécticos entre Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy, que defendió la misión en Afganistán pero culpó al Gobierno de acordarla "a regañadientes". "Paseó usted tanto la pancarta contra todo lo que suena a militar que hoy se muestra acomplejado", espetó. También censuró que, en contra de la "palabra dada", el Gobierno llevara el debate al Congreso tras aprobar el viernes el envío de soldados a Afganistán.

GIRO DE RAJOY Zapatero contratacó achacando a Rajoy un "cambio de talante del viernes a aquí". Giro que achacó al éxito del 36º congreso socialista y a la desautorización que Rajoy sufrió por parte de José María Aznar.

El presidente resaltó las diferencias entre la misión en Afganistán y la de Irak, decretada por Aznar. La actual, dijo, tiene el mandato de la ONU, suscita un amplio acuerdo internacional y combate a Al Qaeda, con base en Afganistán.

Juegos dialécticos aparte, Zapatero anunció al Congreso que en otoño se reformará la ley de los criterios básicos de la defensa nacional para dotar al Parlamento de la potestad de decidir sobre la participación española en misiones militares internacionales, de modo que sea obligatoria su autorización previa.

Hasta que la ley se cambie, Zapatero garantizó que "el Gobierno no enviará tropas a ningún sitio si el Parlamento no lo aprueba". Sólo en un supuesto no consultará a las Cortes: la legítima defensa.