Cuándo se volverá a reunir la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat sigue siendo una incógnita. ERC quiera que la próxima cita sea cuanto antes y en la Moncloa miran hacia julio como posible escenario para retomar los encuentros. Sea cuando sea, todo apunta a que los interlocutores acudirán la siguiente vez con el aval del Congreso de los Diputados a este órgano después de que la Cámara baja haya debatido este martes una moción presentada por el PP en la que exige a Pedro Sánchez finalizar el diálogo con los republicanos catalanes y que se votará este miércoles.

Salvo sorpresa de última hora, los conservadores lograrán atraer el sí de Vox y de Cs, pero no alcanzarán la mayoría necesaria para aprobar la moción pese a los esfuerzos de la diputada popular Edurne Uriarte de acusar a socilitas y podemistas de no estar del lado del "estado de derecho, de la Constitución y de la democracia".

En el mismo sentido, pero con un tono mucho más duro, el parlamentario ultra Ignacio Garriga criticó la mesa de diálogo con Cataluña por ser "una traición más de un presidente criminal que está dispuesto a fracturar España para mantenerse en el poder", en referencia a Pedro Sánchez. Los de Santiago Abascal sumaron a la moción del PP la peticiónde que se condecore a los policías que participaron para contener las protestas que sucedieron en Cataluña tras la sentencia del procés y no indultar a ninguno de los condenados.

DEFENSA DEL ENTENDIMIENTO

La respuesta del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, al planteamiento del PP fue clara: "Esta moción es como una canción del verano: mala, repetitiva y siempre vuelve". Desde la tribuna del Congreso, el parlamentario republicano aseguró que para los conservadores es una "herejía" que dos gobierno pretendan entenderse. "Entonces, ¿de qué va la política?", planteó.

El diputado socialista, José Zaragoza, aprovechó a los de Pablo Casado su "fracaso" en la gestión del conflicto catalán y les acusó de mantener una estrategia de "conflicto y confrontación". "Lo valiente es defender el diálogo y lo cobarde, el silecio", terminó.

"¿Cómo va a ser inconstitucional una mesa de dos gobiernos democráticos que se sientan a dialogar?", planteó Jaume Asens, de Unidas Podemos.