El Congreso cerró ayer definitivamente la reforma electoral tras aceptar la enmienda que el PSOE introdujo en el Senado sobre el control judicial de las herriko tabernas, con lo que corta el paso a Batasuna y a otras organizaciones afines a ETA para que puedan concurrir a las elecciones. La reforma de la ley orgánica del régimen electoral general fue aprobada por 321 votos a favor y 14 en contra.

Durante el debate previo a la votación, el diputado del PNV Aitor Esteban insistió en su rechazo a la reforma porque, a su juicio, "infringe" parámetros constitucionales y por el riesgo de "manipulación" electoral que existe, entre otros argumentos.

A favor de la reforma se posicionó el diputado del grupo popular José Antonio Bermúdez de Castro, quien señaló que este cambio permitirá cerrar las herriko tabernas, ya que, según dijo, forman parte del entramado de ETA, "al participar en la captación de fondos y en el seguimiento de objetivos terroristas".

Antonio Hernando, del PSOE, defendió también la enmienda porque, señaló, el estado de derecho "no quiere dejar ninguna rendija" a los terroristas.

Una de las novedades más destacadas de la ley prevé la denominada "incompatibilidad sobrevenida", en función de la cual las personas electas que tomen posesión de sus cargos y después, por sentencia judicial "firme", se demuestre que pertenecen a un partido declarado ilegal, quedarán inhabilitadas salvo que en 15 días presenten una declaración "indubitada" de rechazo y condena de la violencia.

Además, se amplía el plazo para anular listas "contaminadas" y la Fiscalía o el Abogado del Estado pueden presentar recursos hasta una semana antes de la jornada de los comicios, cuando con la ley actual no se podía actuar después del comienzo oficial de la campaña electoral.