La foto de la campaña cacereña es, de momento, esta: el líder del PSOE, Luis Salaya, y el de Ciudadanos, Francisco Alcántara, pillados por el clic en la calle San Pedro. Fue casual el encuentro de ayer, pero disparó las especulaciones, que ya saben de la importancia del comportamiento no verbal en la comunicación política. Y más en ésta, que es la cita electoral con más incertidumbre de la democracia. La complicidad entre ambos no pasó inadvertida, especialmente por los resultados de la encuesta publicada por este periódico, que daría la mayoría de votos al PSOE, aunque necesitaría de apoyos para garantizar un gobierno estable.

No es baladí el significado de esta imagen. Así es el fotoperiodismo: llegar en el momento justo, aunque los protagonistas piensen que no hay noticia. Sí la hay. Salaya busca respaldos, sabe que los necesita; es consciente de lo imprescindible que es para él y su partido no dar un traspié. De modo que mejor mantener contentos a los posibles aliados.

La pregunta es: ¿qué haría Ciudadanos si Salaya lo llama para facilitar que un gobierno socialista entre en el Ayuntamiento de Cáceres? Francisco Alcántara, el novel de la formación naranja, empieza a saber lidiar con la prensa: «Nosotros vamos a ganar. No me planteo la opción de sentarme a negociar». ¿Ganador? Y responde: «Es lo que tiene haber tenido una experiencia profesional previa, nosotros no hemos vivido de la política, nosotros, los de Ciudadanos, tenemos un gran bagaje, sabemos lo que es pagar impuestos, nóminas, proveedores». Es una euforia real, no impostada la de Alcántara.

Al otro lado Salaya, que rezuma optimismo en las redes sociales. Fuera de la imagen, Consuelo Lopez, de Podemos, que sube enteros, y Rafa Mateos, líder del PP, que encara la última semana buscando dar la campanada. Eso sí, las encuestas son solo eso. Ojo con la vehemencia y el coqueteo, que todavía no está ‘to el pescao vendío’ hasta el 26-M.