No va a tener ningún problema el Gobierno para sacar adelante las restricciones al derecho a la reagrupación de inmigrantes que pretende introducir en la ley de extranjería el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho. El apoyo de CiU lo tiene casi garantizado. El portavoz de inmigración de la coalición nacionalista en el Congreso, Carles Campuzano, expresó ayer su identificación con las propuestas de reforma que este diario adelantó en su edición del pasado sábado. El mismo ya había mantenido un contacto con el ministro en el que ambos constataron su "total sintonía".

Desde el año 2000, Campuzano ha participado de un modo u otro en la elaboración de la legislación de extranjería y tiene por ello un especial valor que sea él quien diga que "pasados unos años y ante un nuevo escenario económico es necesario una adaptación de la normativa".

El diputado es especialmente entusiasta respecto a la propuesta de vetar la entrada de los hijos mayores de 16 años que no dispongan de una oferta de trabajo. Y también cree imprescindible que los cónyuges reagrupados puedan trabajar. "En estos momentos debemos dar prioridad a que trabajen los que ya están aquí", apostilla.

FLEXIBILIDAD A CiU tampoco le disgusta la exclusión de los padres del núcleo familiar reagrupable. "Así se evitan los casos de reagrupación en cadena y la llegada de población pasiva", indica el diputado que, cree, sin embargo, que habría que introducir elementos de flexibilidad en los hogares para poder combinar el trabajo con la vida familiar.

La sintonía entre el ministro y CiU funciona en las dos direcciones. En sus declaraciones a este diario, Corbacho mostró su acuerdo también con unas manifestaciones del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, en las que criticó la "gran laxitud" y nulo "rigor" con que se permite la reagrupación familiar de inmigrantes.