Los asesores del presidente, enfrascados en el diseño de una comparecencia de Mariano Rajoy ante el Congreso lo más tranquila posible, a fin de que mañana salga airoso, se toparon ayer con que el juez Pablo Ruz no va a ayudarles a rebajar la presión. El magistrado de la Audiencia Nacional acordó citar como testigos a tres de los dirigentes que han ocupado la secretaría general del PP: Francisco Alvarez-Cascos (ahora desvinculado del PP) y Javier Arenas, testificarán el 13 de agosto, y María Dolores de Cospedal, el día 14. Ante el juez, tendrán que aclarar si consistieron o conocían la existencia de una contabilidad opaca durante dos décadas, tal y como asegura el extesorero Luis Bárcenas. Así que, al discurso de Rajoy en el Congreso, le seguirán las declaraciones, en plenas vacaciones, de Cascos, Arenas y Cospedal.

El juez Ruz, que hasta ahora había ido de la mano de la fiscalía a la hora de dar nuevos pasos en la investigación sobre los llamados papeles de Bárcenas , decidió ayer ir más lejos. El ministerio público había dado su visto bueno a la citación de Cospedal --que había solicitado la acusación popular ejercida por IU--, pero no a las de Cascos y Arenas, dado que ostentaron la secretaría general del PP antes del 2002 y, por tanto, los presuntos delitos cometidos en su etapa al frente de la cúpula del partido estarían ya prescritos.

"UTIL Y NECESARIO" Sin embargo, Ruz consideró "pertinente, útil y necesario" en atención a la "responsabilidad" que ambos ostentaron que, junto a Cospedal, "esclarezcan" o "verifiquen" si tal como ha declarado Bárcenas existió una contabilidad paralela a la oficial. El auto judicial apenas hace mención al presunto cobro de sobresueldos, pero evidentemente también tendrán que aclarar si fueron perceptores de dinero en negro.

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, salió ayer al paso de la posible discrepancia con la decisión del juez mostrando su apoyo a las nuevas citaciones. Cospedal y Arenas, por su parte, disimularon cualquier nerviosismo y se mostraron "encantados de colaborar" con la investigación y poder decir "toda la verdad" en sede judicial. Ambos anunciaron su renuncia a la posibilidad de testificar en su despacho y ahorrarse el paseíllo ante las cámaras apostadas ante la Audiencia.

Ruz solicitó, por otro lado, citar como testigos al sucesor de Bárcenas en la gerencia del PP, Cristóbal Páez y a Antonio Ortiz, empleado de la caja del partido donde se ingresaba parte de las donaciones. Asimismo requirió al PP que le informe de las personas que podrían haber tenido acceso a la contabilidad B , le remita las facturas sobre la remodelación de la sede del partido que, según el extesorero, fue pagada, en parte, en negro, y le certifi-