En el PP ha pasado algo histórico: la secretaria general, María Dolores de Cospedal, a la sazón candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha, ha terminado con el sorprendente aforamiento que su partido ha concedido, durante años, al presidente del Congreso, José Bono, gracias al cual el socialista ha evitado ser objetivo principal del pimpampum político. Se le acabó la bula. De Cospedal logró convencer hace una semana a su jefe, Mariano Rajoy, de que disparar contra Bono tiene doble premio: echar una cortina de humo sobre el caso Gürtel y allanar el camino hacia la presidencia manchega, a la que ella aspira y que, con sus encuestas en la mano, se les antoja a los populares más cerca que nunca. O eso dicen.

Ese cambio de rumbo es la comidilla de los cargos, diputados y senadores manchegos populares que ya peinan canas: "¿Pero de verdad nos podemos meter con Bono? ¿No estamos soñando?", bromeaba un veterano político conservador.

Es conocido el desasosiego que siempre ha causado entre los populares de Castilla-La Mancha el hecho de que Bono, que fue presidente de esa comunidad durante más de dos décadas, haya sido lisonjeado en público y en privado por numerosos dirigentes populares. ¿Por qué? Unos, como José María Aznar, para ahondar en las diferencias entre el manchego y el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Otros, por amistad.

PLAN DE CHOQUE El PP pretende evitar, como sea, que el empuje de Bono en su tierra pueda ayudar a última hora, o sea, en la campaña electoral que se avecina, a resucitar a un desgastado José María Barreda, actual presidente de los manchegos y, salvo sorpresas, candidato del PSOE a la reelección. Por eso los populares han puesto en marcha un plan de choque para erosionar la imagen de Bono, un plan que recuerda en demasía al utilizado hace unos meses contra Manuel Chaves, también expresidente de otra comunidad, Andalucía, donde los conservadores creen tener una oportunidad.

Pero la estrategia no gusta a todos. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, es amigo de Bono. Gallardón sostiene que el presidente del Congreso "ya ha dado respuesta" a los interrogantes en torno a su patrimonio, en alusión al escrito que Bono ha remitido a la fiscalía. Este no se ha limitado a justificar sus posesiones, y envió un dosier con "declaraciones o artículos de profesionales del grupo Intereconomía que podrían ser constitutivos de delito", dijo un portavoz de Bono. El mismo portavoz señaló que se ha intentado "colocar" solo a Bono lo que es de sus hijos o su mujer (que gana el triple que él), y con la que tiene separación de bienes.

El rifirrafe entre el presidente del Congreso, el citado grupo de comunicación y el PP tiene visos de alargarse. Los populares ya han ordenado a los suyos que mantengan vivo el ataque. Con De Cospedal al frente.