Poco después de depositar su voto en la urna, el socialista José María Barreda confesó que había inaugurado la jornada tarareando la canción de Joan Manuel Serrat Hoy puede ser un gran día . Lo fue para su rival. El PP sabía que el triunfo en el conjunto de España en las autonómicas estaba hecho pero, por encima de todos, se había fijado un reto: alcanzar la mayoría en Castilla-La Mancha, en manos de los socialistas desde 1983.

La presencia al frente de la candidatura del PP de María Dolores de Cospedal, secretaria general del partido, otorgaba al pulso manchego una significación especial. En una comunidad marcada por un bipartidismo estricto (desde 1999 no hay lugar para una tercera fuerza en el Parlamento regional), el PP obtuvo un escaño más que los socialistas. Suficiente. Cospedal será la primera presidenta de Castilla-La Mancha.