La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha negado ante el juez Pablo Ruz que haya una caja B en el partido y ha responsabilizado del control de las donaciones al tesorero, con lo que su testimonio ha ido en la línea de los de sus antecesores en el cargo Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas. Cospedal ha comparecido como testigo este miércoles en la Audiencia Nacional.

La secretaria general estaba citada a las 10.00 horas en la Audiencia Nacional, aunque la declaración se ha retrasado, para responder a las preguntas del magistrado que investiga la presunta contabilidad B del PP. Cospedal ha llegado en coche oficial a la sede judicial hacia las 9.30 horas entre gritos de una treintena de afectados por la estafa de las preferentes, retenidos por la policía a cincuenta metros de distancia. A preguntas de los periodistas sobre cómo afronta la comparecencia, se ha limitado a responder: "Ya saben que no puedo hacer declaraciones". Cospedal ha entrado a declarar hacia las 10.45 horas, con tres cuartos de hora de retraso, y ha salido hacia las 13.15 horas, después de dos horas y media de declaración.

Desde primera hora de la mañana, un fuerte dispositivo policial compuesto por una decena de furgones blindados y más de una veintena de efectivos, provistos de casco y porra, rodean el perímetro de la Audiencia Nacional. En el Paseo de Recoletos, los agentes no permiten a los preferentistas acceder a la calle de Prim, donde se encuentra la sede judicial, que ayer permanecieron frente al edificio durante las comparecencias de Cascos y Arenas. Fuentes de la Audiencia Nacional aseguran que este tipo de dispositivo policial ya se ha desplegado en otras ocasiones, como cuando tuvo que declarar el exdirigente popular Rodrigo Rato por el 'caso Bankia'. Los agentes han tenido que contener un momento de tensión entre los manifestantes y partidarios de la dirigente popular.

La declaración del sucesor de Bárcenas

Cascos y Arenas negaron ante el juez haber cobrado sobresueldos y aseguraron que no les constaba que su partido tuviera una contabilidad opaca, tal y como se desprende de los papeles del extesorero y exgerente popular Luis Bárcenas, aunque admitieron descontrol en torno a las donaciones al partido. Sin embargo, Cristóbal Páez, que sucedió a Bárcenas como gerente en el partido, reconoció haber cobrado 12.000 euros en negro entre abril del 2007 y junio del 2008 en dos sobres con 6.000 euros cada uno.

La secretaria general del PP renunció, cuando el juez la citó a declarar a la posibilidad de hacerlo en su despacho oficial por ser presidenta de Castilla-La Mancha y señaló que acudiría a la Audiencia Nacional a decir "la verdad" y contrarrestar "todas las calumnias y mentiras". Ya el pasado 15 de julio, el día en que Bárcenas tiró de la manta ante Ruz, Cospedal apuntó que estaba "deseando declarar en sede judicial".

La versión del extesorero

Cospedal deberá responder a las numerosas acusaciones de irregularidades que lanzó contra ella Bárcenas en su última declaración, tras ingresar en la prisión de Soto del Real, el pasado 27 de junio. El extesorero aseguró que la secretaria general se benefició, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de dos pagos en negro entre el 2009 y el 2010 por un total de 90.000 euros, que aseguró haberles entregado a ambos al liquidar la caja B del partido y por la devolución de una deuda del PP gallego.

Buena parte de los ingresos de esa contabilidad opaca procedían, según Bárcenas, de donaciones irregulares de empresarios. El extesorero señaló que esos donativos "jamás han sido finalistas"; es decir, que no se gratificaron con la adjudicación de obra pública, excepto uno, que salpica a Cospedal, en Castilla-La Mancha en el 2007.

El contrato de Toledo

Bárcenas aludió a un pago de 200.000 euros supuestamente entregado por el expresidente de Sacyr Luis del Rivero al PP de Castilla-La Mancha para la campaña electoral de Cospedal --a quien el extesorero mencionó en repetidas ocasiones ante Ruz-- después de que una filial de la compañía, Sufi, se hiciera con el servicio de limpieza de Toledo. El exgerente aportó un recibí firmado por el que en aquel momento era gerente del PP de Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas Cañada, con fecha del 2007, cuando Cospedal ya era presidenta regional.

Muestra de enemistad entre Bárcenas y Cospedal fue el relato del primero ante el juez según el que, en marzo del 2010, este se reunió

con Rajoy y Arenas en compañía de la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias, para pedir que la presidenta castellano-manchega "dejara de intoxicar en la prensa" contra él.