De alguna manera, el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, ha regalado al PP más munición para seguir alimentando las dudas sobre las intenciones reales del Gobierno en cuanto a una negociación con ETA y la legalización de la izquierda radical. Si bien el lendakari, Patxi López, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se apresuraron en desautorizar a Eguiguren, tras proponer este el viernes un pacto entre los partidos democráticos vascos sobre el futuro de los presos etarras y la legalización de la izquierda radical, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no ha dejado pasar la oportunidad y ayer exigió su destitución fulminante.

UNA REACCION PREVISTA Eguiguren ya imaginaba que su propuesta, plasmada en un documento de 15 páginas, iba a encender a los conservadores. De hecho les dedica uno de los párrafos: "Todos estamos paralizados ante el temor de que los de siempre saquen el hacha de guerra si se intenta cualquier movimiento en esta cuestión".

En un acto público en Ciudad Real, Cospedal afirmó: "Cuando Eguiguren dice que hay que legalizar a Batasuna, no basta con que Rubalcaba diga que no sabe por dónde va". "Lo que tiene que hacer el PSOE es quitarle toda la autoridad y decir que deja de ser el presidente de los socialistas vascos", añadió la número dos de los populares . Y Cospedal apostilló: "Con estas cosas no se juega, aquí no caben medias tintas".

Tampoco calló el portavoz del Grupo Popular en el Europarlamento, Jaime Mayor Oreja, quien lleva tiempo asegurando que el Gobierno mantiene contactos con ETA. En su opinión, Rubalcaba, López y Eguiguren "hacen teatro", porque "los tres piensan lo mismo". E insistió en su tesis de que el guión entre "ETA y José Luis Rodríguez Zapatero" está escrito y que ahora es a la banda a la que le toca dar el paso.

ACTO CONJUNTO EN BILBAO Y podría hacerlo esta misma mañana, según Mayor Oreja. El palacio Euskalduna de Bilbao acoge un acto conjunto de Eusko Alkartasuna (EA) y la ilegalizada Batasuna, en el que se firmará un documento que sentará las bases de colaboración de las dos fuerzas.

Desde el Gobierno se insistió ayer en que no se esperan "grandes novedades" y que no están dispuestos a escuchar los mensajes de la izquierda radical junto a un diccionario para interpretar lo que quieren decir. Como ha dicho Rubalcaba en un sinfín de ocasiones, lo único que permitiría la legalización sería una condena y un desmarque claro del terrorismo. Pero porque lo dice la ley, no el Gobierno. Haya o no haya tregua.