El icono del giro al centro del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, demostró ayer que, pese a los aires de renovación, los conservadores siguen fieles a sus principios. La nueva secretaria general del PP volvió a sacar a la luz pública un tema que hasta los más duros de su partido habían dejado atrás: el 11-M y la llamada teoría de la conspiración. En una entrevista en la COPE, aseguró que el PP seguirá luchando para que se sepa toda la verdad sobre la masacre porque en el juicio "no probó" que las personas "acusadas como autores intelectuales lo fueran".

Y, ante las insistentes preguntas de Federico Jiménez Losantos, aseguró que incluso todavía se desconocen "algunos" autores materiales. "Creo que los españoles tenemos derecho a saber lo que pasó. Eso es obligación no solo de un partido, sino también de un Gobierno y de cualquier político responsable", añadió.

Cospedal viajó después al País Vasco para reunirse con los dirigentes de su partido en esa comunidad, que en 15 días afrontan un congreso en el que previsiblemente Antonio Basagoiti sustituirá a María San Gil, que desde que anunció su decisión de dejar la política se ha apartado de la actividad del grupo parlamentario.

"COMODA" La popular explicó que la exlíder del Partido Popular vasco "tiene las puertas abiertas" y que de hecho ella hará lo que esté en su mano para que se sienta "cómoda en el partido".

El encuentro, en el que no participó San Gil, se produjo mientras la Cámara vasca aprobaba la consulta del lendakari.