Ni un día tardó la cúpula del PP en cumplir la advertencia de que no pasará "ni una más", en referencia a las faltas de disciplina de sus dirigentes territoriales. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, no se mordió esta vez la lengua y tildó de "error tremendo" el desplante de Esperanza Aguirre a la ejecutiva nacional el martes, por consolidar la imagen de "lucha de poder" en el seno del partido.

Según Cospedal, "hubiera sido, no solo más coherente, sino más respetuoso", que la presidenta madrileña hubiera acudido a la reunión. "No nos podemos permitir dar ese espectáculo", concluyó. El vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, intentó poner paz y dijo que le habría "gustado mucho" ver a Aguirre en la ejecutiva.