Ricardo Costa espera una llamada desde Madrid: la que servirá para comunicarle el día y la hora en la que habrá de presentarse en la sede del partido a fin de ser escuchado por el comité popular de derechos y garantías. Allí se le permitirá un último pataleo, pero nada más. Su cese no tiene marcha atrás y nadie parece tener interés en ver sus facturas. Costa, por su parte, cree que es víctima de algo parecido a un despido improcedente, ya que nadie le ha explicado a la cara qué motivos tiene su empresa política, esto es, el PP, para arrebatarle sus cargos de secretario general y portavoz parlamentario a raíz del caso Gürtel . Ayer, el propio Rajoy quiso darle una pista: "No voy a consentir conductas que puedan avergonzar a votantes de nuestro partido, independientemente de que sean sancionables desde el punto de vista penal".

Rajoy recalcó también que "la trama Gürtel no tiene nada que ver con la estructura orgánica del PP" y que todas sus cuentas "son legales". Pero, sin micrófonos, hay otros responsables del partido que no ocultan el daño que les ha hecho el informe policial sobre financiación ilegal en Valencia y, especialmente, las sospechas que sobre este extremo ha levantado con su actuación Ricardo Costa. Por eso, y no por otra cosa, se va.

El mencionado informe policial --en manos del juez-- apunta directamente a Costa. "El propio PP, en la persona de Ricardo Costa, actúa como canalizador de los pagos con fondos ajenos al sistema financiero, como se desprende de las conversaciones telefónicas grabadas". Costa tiene razón en que hay más gente señalada en el documento, como el vicepresidente Vicente Rambla, pero es él quien ha tenido la mala suerte de que se le graben conversaciones telefónicas en las que, entre otras cosas, dedica insultos a compañeros o deja a las claras tejemanejes económicos con el Bigotes . "Entre mañana y el viernes te voy a dar todo lo que falta que te debemos, pero necesito que esto no lo sepa el presidente por Camps, y entonces que le digas que este por Rambla es un hijo de puta", llegó a decir Ricardo Costa en diciembre del 2008. El insiste en que ese informe es falso y que fueron otros los que decidieron contratar a Orange Market en Valencia. Fue Camps. Además, agrega que el equipo de Rajoy no le dijo nunca que cortara las relaciones con dicha compañía. Pero el equipo del líder sostiene lo contrario y recuerda "la que montó Costa" para que se concediera la organización del congreso nacional de Valencia a el Bigotes , y no a la empresa de su cuñada, la mujer de su hermano Juan Costa. No lo logró. "Quizás haya que recordárselo cuando venga", indican. Claro que quizás sea oportuno recordar que Costa tenía un jefe. Aunque el PP prefiera olvidarlo por ahora.