Los electores han tenido que esperar hasta el quinto día de campaña electoral para leer las propuestas de Ciudadanos. Pero poco se dejó Albert Rivera en el tintero: su receta para España exhibe mano dura con el independentismo y reivindica una recentralización del Estado que blinde la distribución de competencias a las comunidades autónomas «sin posibilidad de transferencia».

Por si quedaba alguna duda de que en esta campaña la triple derecha compite para erigirse como azote del secesionismo, el primero de sus compromisos es una nueva intervención «inmediata» de la autonomía catalana vía artículo 155 que se alargue «hasta asegurar el restablecimiento de la Constitución».

A modo de programa-mitin, mencionan al presidente catalán, Quim Torra, al que acusan sobre papel de «sembrar el odio y el enfrentamiento entre los catalanes»; y al expresidente Carles Puigdemont, del que se sirven para prometer que impedirán que «los fugados de la Justicia puedan presentarse a las elecciones». También subrayan que reformularán las euroórdenes y vetarán las embajadas autonómicas en el extranjero.

Asimismo, avisan de que mejorarán «los instrumentos para proteger a los españoles de los golpes de Estado en el siglo XXI» con una actualización del Código Penal y la prohibición de indultos a los condenados por rebelión, sedición y corrupción, un refuerzo de la ley de seguridad nacional para controlar a los Mossos d’Esquadra y una modificación de la ley de estabilidad presupuestaria para examinar las cuentas «y que no se destine un solo euro» al procés.

En las aulas, pretenden que se imparta una asignatura «troncal y evaluable» sobre la Constitución para poner fin al «adoctrinamiento»; y en lo administrativo, que el español sea «oficial y común» y que las lenguas cooficiales no sean una «barrera» para acceder a un cargo público.

En el apartado sobre reformas de la Carta Magna, contemplan la supresión de la posibilidad de anexión de Navarra por el País Vasco, eliminar la preferencia del varón sobre la mujer en la sucesión de la Corona, blindar el matrimonio LGTBI y eliminar la figura del real decreto-ley para acabar con «los abusos del Gobierno de turno».

En el campo económico, plantean el fin de la contratación temporal, abogan por establecer un tipo marginal máximo en el IRPF del 44% y la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones entre parientes directos y su reducción en el caso de transmisiones entre otros. En cuanto a Sociedades, proponen reformas para que las pymes no paguen más que las grandes empresas.

Ciudadanos no comenta ni el aborto ni a la regulación de la prostitución -de la que hizo bandera Inés Arrimadas en la presentación de su decálogo de «feminismo liberal»-, en su programa, unas cuestiones de las que decidió ignorar el PP. Ahora bien, sí publicitan una ley de gestación subrogada «altruista y garantista» para que los que no puedan concebir «cumplan su sueño de formar una familia». El partido naranja es el único que se declara partidaria de esta práctica de reproducción asistida, que está prohibida en España.

Por otra parte, ponen el foco la defensa de la ampliación de la prisión permanente revisable, reivindican el derecho a la eutanasia «con control y garantías» en situaciones «degenerativas e incurables» y apuestan por la erradicación de la esterilización forzosa de personas con discapacidad.