Entró en la Audiencia Nacional como Pedro por su casa. La costumbre. Y convencido de que saldría al cabo de unas horas. A los periodistas les hizo un gesto optimista e inequívoco, una especie de molinete con las manos como cuando los árbitros del baloncesto indican que un jugador ha hecho pasos. Quería decir "a la salida nos vemos y hago declaraciones". Cuestión de confianza. Por si no era así, sus correligionarios avisaban de que "nada ni nadie" alteraría su apuesta en favor de la paz.

´Agentes externos´

Pernando Barrena dijo que ni los "agentes externos" ni las "agresiones" de ningún tipo eran obstáculos. Se refería a la decisiones del juez Grande-Marlaska, a las detenciones de las fuerzas de seguridad y a las presiones que ejercen algunos medios de comunicación. Pero los agentes externos más visibles ayer a la puerta de la Audiencia eran medio centenar de ultras que esperaban a Otegi con unas cuantas pancartas y una bandera española preconstitucional.

Nada más verle doblar la esquina, entraron en trance. El de gritarle "asesino", "todos a una, puta Batasuna" y las ya clásicas referencias a la madre del dirigente aberzale. Para el presidente del Gobierno y el fiscal general del Estado también hubo palabras. Aunque veinte policías y tres vallas pretendían evitar cualquier incidente, los agentes externos consiguieron que también hubiera agresiones. Cuando Otegi les vio con el brazo derecho en alto, respiró todo lo hondo que le permitió su reciente neumonía y levantó su puño izquierdo esbozando una sonrisa retadora. Entonces le cayó cerca un mechero.

Su abogada, Jone Gorizelaia, se quedó a unos centímetros de una botella llena de agua que había sido arrojada con toda la furia de la que son capaces algunos miembros de la Falange. Como no le alcanzaron, les pareció un buen objetivo una fotógrafa de prensa, que recibió varios golpes y empujones.

Se consideran verdaderos patriotas y guardianes de la unidad de España, y lo mismo sirven para un roto que para un descosido. Los mismos que gritaban al juez "Marlaska, no te achiques" eran los que, el pasado 20 de noviembre, portaban en andas una corona de flores para homenajear a José Antonio en el Valle de los Caídos.

Sensibilidad lingüística

Iñigo, un joven preocupado por el "desmembramiento" de su nación, se había tirado un buen rato pintando con rotulador en una sábana blanca. El resultado, un voluntarioso mapa de Euskadi en el que se leía: "Euskal Presoak Alcantabricoak". Para que luego digan que no tienen sensibilidad por las lenguas minoritarias. Cuando la policía le conminó a recoger su pancarta y a cruzar al otro lado de la calle, Iñigo se ofendió porque los agentes le habían tratado "como a un etarra".

Los aberzales confían en que las "agresiones mediáticas" no tuerzan la marcha de los acontecimientos. La ultraderecha piensa igual, y por eso tiene miedo. Normalmente cargan contra los medios de comunicación en general, pero siempre tienen sus preferidos. Ayer, protestaron porque "el Abc es comunista", y hasta mostraron desconfianza hacia la COPE de Federico Jiménez Losantos "porque se mete con Franco". Su lógica es que "antes era rojo, y un converso nunca puede ser trigo limpio".