La primera Cumbre Euromediterránea entre la Unión Europea (UE) y los 10 países de la cuenca sur del Mare Nostrum concluyó ayer en Barcelona con unos acuerdos de mínimos que evitaron el fracaso de la reunión, pero no pudieron ocultar la división entre sus participantes, ni la resistencia de los países árabes a asumir cualquier compromiso de democratización.

Tras las frenéticas negociaciones, los dirigentes de la UE, Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Jordania, Israel, la Autoridad Nacional Palestina, el Líbano, Siria y Turquía suscribieron un código de conducta contra el terrorismo y un plan de acción de cinco años depurados de todo cuanto planteaba problemas. Pero fue imposible aprobar una declaración política común a causa del conflicto árabe-israelí, pese a los esfuerzos del Gobierno español para forjar un consenso.

PROCESO DE PAZ Israel se negó a que la declaración común incluyera una referencia al conflicto árabe-israelí que fuera más allá del compromiso de alcanzar un acuerdo justo, global y duradero. Israel se opuso con firmeza a mencionar el principio de "tierra a cambio de paz" y la aplicación de la Hoja de ruta, con la excusa de las próximas elecciones.

El alineamiento de la presidencia británica con los planteamientos de Israel redujo la capacidad de convicción de la UE y obligó al Gobierno español a asumir el peso de las negociaciones para salvar la cumbre. No obstante, el viceprimer ministro israelí, Ehud Olmert, abandonó la cumbre antes de su conclusión para impedir toda transacción.

Al final, los países árabes cedieron y aceptaron suscribir el código de conducta antiterrorista y el plan de acción, aunque no hubiera una declaración política común. La ausencia de sus máximos dirigentes y su desunión debilitaron su posición y se conformaron con salvar la mención del principio de "tierra a cambio de paz" en las conclusiones de la presidencia británica sobre la cumbre. "La política euromediterránea no puede resolver el proceso de paz de Oriente Próximo", señaló el primer ministro británico y presidente semestral de la UE, Tony Blair, para minimizar el desacuerdo.

COOPERACION Con la promesa de aumentar las ayudas europeas, los países árabes aceptaron suscribir el plan de acción de cinco años tras eliminar las cuestiones conflictivas, en especial la potenciación de las organizaciones civiles no gubernamentales, el refuerzo de buen gobierno, de la democratización y de los derechos humanos y la enumeración de los requisitos de imparcialidad en las elecciones.

El plan incluye un programa para crear una zona de libre comercio en el área mediterránea en el 2010 y unos compromisos para que todos los niños completen como mínimo su educación primaria en el 2015. También incorpora un apartado sobre inmigración, pero con compromisos vagos sobre la lucha contra la inmigración ilegal. Los países árabes hicieron suprimir el compromiso de cooperar en la lucha contra la discriminación, el racismo y la xenofobia, y de aumentar la tolerancia y el respeto a todas las culturas, grupos étnicos y religiosos.

TERRORISMO La UE logró que los países árabes suscribieran el código de conducta contra el terrorismo, que "condena el terrorismo en todas sus formas" y destaca que "el terrorismo nunca puede justificarse", aunque sin definir el concepto de terrorismo. Argelia, Siria y el Líbano renunciaron a su exigencia de incluir una distinción explícita entre terrorismo y lucha contra la ocupación. Pero los países árabes redujeron el nivel de compromiso en algunas medidas.