La CUP sigue desgarrándose desde que el domingo pasado confirmó su veto a la investidura de Artur Mas. La fractura en el seno de la formación se ha plasmado desde entonces en la dimisión de su cabeza de lista, Antonio Baños, un goteo de cargos locales que han criticado la decisión o se han dado de baja y, este miércoles, en un duro comunicado de una de las principales organizaciones que integran la marca: Poble Lliure. Esta corriente ha tachado de "error grave" el veto a Mas por considerar que "incumple la promesa electoral" de la CUP de actuar como una fuerza "aceleradora y garante" del proceso independentista.

"Esta decisión pone en peligro la la acumulación de fuerzas obtenida por el movimiento independentista hasta el 27-S", advierte la organización, pensando en las consecuencias que podría tener entre el electorado soberanista la repetición de las elecciones. Poble Lliure apunta directamente como responsable de la decisión a uno de los órganos de la CUP: el grupo de acción parlamentaria, en el que están representadas las 11 organizaciones que conforman el partido (de las que solo Poble Lliure y Col·lectiu Drassanes eran proclives a la investidura de Mas). No obstante, también acusa a CDC y ERC de haber primado "su batalla particular por la hegemonía independentista" por encima de la consecución de un buen acuerdo.

AUTOCRÍTICA

De hecho, Poble Lliure reprocha al presidente de la Generalitat en funciones que acuse a la CUP de "falta de sentido de país"cuando la misma recriminación se le podría hacer a Convergència. Pero también hay algo de autocrítica en el comunicado. "Poble Lliure tiene su parte de responsabilidad, especialmente por haber reaccionado demasiado tarde cuando se veía que las negociaciones se estaban centrando obsesivamente en el nombre de una persona, una perspectiva reduccionista", reconoce la organización, que cree erróneo haber transmitido desde la CUP el mensaje de que si Junts el Sí cambiaba de candidato habría acuerdo, relegando así la importancia del plan de choque social.

El terremoto interno en la CUP ha tenido varias réplicas en los últimos días. La sección territorial de las Terres de l'Ebre ha defendido la decisión de no facilitar la investidura de Mas, mientras que la asamblea local de Arenys de Mar (Maresme) ha lamentado la posición adoptada, y el concejal en Girona Lluc Salellas ha reconocido su decepción. El alcalde de Celrà (Gironès), Dani Cornellà, ha asegurado que el partido ahora "no le representa". El 'sí' a Mas era mayoritario en las asambleas del Nord Oriental, Maresme-Barcelona Nord, Penedès, Ponent-Pirineus o Vallès Oriental. Y el 'no' se impuso en el Baix Llobregat, Barcelona, El Camp, País Valencià, Ebre o Vallès Occidental.