Una nueva rueda de tuerca en la investigación del caso Palma Arena . Pasaba poco más del mediodía de ayer y el juez José Castro sorprendió a todos revelando unas escuchas telefónicas grabadas entre diciembre y enero del 2009 y que dan nuevas pistas que pueden comprometer al expresidente balear del PP Jaume Matas, a su mujer, Maite Areal, a Fernando Areal, cuñado de Matas y exgerente del PP, y a Bartomeu Reus, exconseller de Obras Públicas y amigo de Matas. Todos ellos imputados.

Fernando Areal llevaba más de tres horas declarando ante el magistrado cuando el interrogatorio cambió por completo. Fue una pregunta más del juez a la que Areal contestó casi sin pensar. Castro le replicó con una afirmación contundente: "Esto que está contando no es verdad". Fue entonces cuando el juez sacó "la pieza secreta", escuchas que recogen conversaciones entre Matas, los dos hermanos Areal y sus abogados, Rafael Parera y Manuel Ollé. Tras desvelar estos hallazgos, Areal calló. Perera y Ollé pusieron el grito en el cielo y pidieron la suspensión de la declaración para reconstruir la defensa. Ellos aparecen en esas grabaciones con frases tan comprometedoras como una de Perera: "El cabrón del juez".

El caso Palma Arena , en el que se investiga el sobrecoste del velódromo --pasó de un presupuesto de 48 millones de euros a 110-- y la supuesta financiación ilegal del PP, dio así un giro que nadie se esperaba.

A las 8.50 horas, Areal había entrado por la puerta principal de los juzgados mientras que los otros tres imputados lo habían hecho por la puerta trasera. Unas 250 personas esperaban a Matas y a su mujer en la calle. Recibieron al matrimonio con gritos de "chorizos". Matas llegó solo; ningún miembro de su partido le daba apoyo.

Hace unas semanas, cuando Maria Antònia Munar, expresidenta del Parlamento balear e imputada en el caso Maquillaje , se presentaba en los juzgados lo hacía repartiendo besos e ignorando los gritos. A Matas solo le nacía un gesto torcido. El lunes, a su llegada de Madrid, había dormido en su palacete, uno de los inmuebles investigados por la Fiscalía. A primera hora de la mañana todo indicaba que las declaraciones de los imputados versarían sobre el patrimonio de los Matas: el palacete en el casco antiguo de Palma; un piso en Sa Colònia de Sant Jordi (a nombre de la octogenaria madre de Matas y con una hipoteca a 22 años) y otro piso en Madrid, del que el juez sospecha que Matas puede ser el propietario y no Reus, que habría actuado como testaferro.

"EL CULO AL AIRE" En una de las grabaciones se escucha cómo el cuñado de Matas habla con el expresidente acerca del piso de Madrid y de la circunstancia de que Bartomeu Reus apareciera como propietario oficial. "Reus No nos tiene que dejar con el culo al aire", decía Areal a Matas.

Hasta que Castro sacó las escuchas todo había girado entorno al patrimonio. Areal reconoció que actuó como apoderado de su cuñado en el contrato por el que Matas alquiló el piso escriturado a nombre de Reus. También dijo haber pagado 32.000 euros en dinero negro en la sede del PP al constructor que realizó las obras del palacete.

Los abogados de los Matas y de Areal estudian pedir más tiempo para replantear la defensa. A las 14.00 horas se levantó el interrogatorio hasta hoy.