La Ertzaintza empleó ayer más de tres horas en desactivar en Bilbao un coche bomba con más de 25 kilos de explosivo destinado a matar a los agentes que se acercaran. La Consejería vasca de Interior confirmó que el automóvil que ETA abandonó junto a la empresa Iberdrola, en el barrio de Larraskitu, contenía una bomba trampa para los artificieros. Una llamada al diario Gara en San Sebastián alertó sobre la colocación de la bomba y dijo que explotaría a las 14.45 horas, aunque la detonación no se produjo.

Casi 200 trabajadores de la eléctrica permanecían aún en el complejo cuando la policía les desalojó. Poco después se confirmó que el Peugeot granate con las matrículas dobladas contenía un olla con explosivo. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna (PNV), atribuyó el atentado al comando Bizkaia . ETA colocó el 14 de junio otro coche bomba en Bilbao, que también fue desactivado, y el día 23 atentó contra el Hotel Tamarises de Getxo.