La policía francesa detuvo ayer a uno de los máximos responsables de Batasuna durante el fallido proceso de paz, Unai Fano Aldasoro, quien fue arrestado junto a María Lizarraga, antigua militante de la organización juvenil Segi. Según los investigadores, Fano fue elegido por ETA para supervisar lo que trataba su brazo político con el PSE y el PNV durante las llamadas conversaciones de Loiola (Guipúzcoa), en octubre del 2006. Algunas fuentes señalan, incluso, que era el representante de ETA en Batasuna y que su importancia llegó a ser mayor que la del portavoz, Arnaldo Otegi. Fano y Lizarraga formaban parte del aparato militar dirigido por Garikoitz Aspiazu, Txeroki , según Interior.

Fano, de tan solo 30 años pero emparentado con veteranos dirigentes de la izquierda aberzale, tuvo un ascenso meteórico en este entorno, subiendo peldaños desde Ekin hasta ser considerado uno de los máximos dirigentes de esta organización, que relaciona a ETA con el entorno radical. En febrero del 2007, fue presentado por Otegi como uno de los asesores de la "comisión negociadora" para el proceso de paz, aunque los investigadores creen que tenía un papel mucho más destacado, hasta el punto de supervisar la ortodoxia de los batasunas que participaron en aquellas mesas. Según los analistas, "corregía" a los que se salían de las directrices marcadas y daba cuenta a la cúpula de ETA.

ASCENSO Entonces se pensó que podía alcanzar el máximo escalafón en la banda e, incluso, suceder a veteranos como Txeroki o Josu Ternera , aunque tras la tregua los investigadores rebajaron sus expectativas. Huyó a Francia en febrero después de que Baltasar Garzón ordenara su arresto junto a Pernando Barrena. Se baraja que ha estado en el aparato de acogida y después, en el logístico. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó que ahora estaban en el aparato militar, lo que sorprende a los expertos, puesto que Fano no tiene apenas experiencia armada, ni en la kale borroka , y tanto él como Lizarraga siempre han pertenecido al ámbito político.

Fueron detenidos hacia las ocho de la mañana cuando acampaban en una zona boscosa en Trelins, en el Loira (Francia). La policía fue alertada por un ciudadano que observó cómo manipulaban dos coches, que resultaron ser robados. Portaban armas, dinero y documentos de identidad falsos, entre ellos dos carnets de la Guardia Civil, aunque no opusieron resistencia al verse sorprendidos. Pese a que disponían de vehículos robados, Rubalcaba matizó que no hay "evidencia" que les relacione con la última ofensiva.