Tras una jornada de avatares meteorológicos, policiales y judiciales para el portavoz de la ilegalizada Batasuna, este pudo salir libre, sin pasar frío y sin la presión de verse sometido a la prensa. Otegi salió por el garaje de la Audiencia, en un claro contraste con su llegada --custodiado y esposado-- y con su permanencia en la sala donde se celebró la vista, vigilado por agentes. Los periodistas, presentes en la Audiencia desde las diez de la mañana, no pudieron departir con Otegi tras una larga jornada informativa.