Agentes de la Policía Nacional detuvieron el pasado martes en Madrid a dos ciudadanos sirios por su presunta relación con el terrorismo islámico, falsificación de documentos mercantiles y blanqueo de dinero. Los arrestados, Bassan Dalasi y Samer Dabbas, se dedicaban presuntamente a canalizar los fondos que aportaban los miembros o simpatizantes de organizaciones terroristas islamistas, en España y en el extranjero, creando sociedades instrumentales. Dalasi, absuelto en el juicio contra la célula de Al Qaeda desarticulada en España tras el 11-S, se perfila como el cabecilla del entramado empresarial y financiero.

Parte del dinero que recibían procedía de inversores islamistas. El capital se invertía en la construcción de viviendas, que más tarde se vendían, sacando fuera de España los beneficios.

En los registros, la policía se incautó de dinero en efectivo por valor superior a los 120.000 euros, documentación relacionada con el terrorismo internacional, material informático y teléfonos móviles. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reveló ayer que los detenidos tenían 700.000 euros distribuidos en diferentes cuentas de varios países y dijo que "la operación sigue abierta".