Agentes de la Comisaría General de Información, bajo la dirección del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, detuvieron ayer por la noche a siete presuntos terroristas islámicos. Según las primeras informaciones, formarían parte de un comando que estaba preparando un atentado con coche bomba contra la Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo españoles. Además, como fruto de la misma operación, fue detenido otro presunto terrorista en Suiza, del que las autoridades judiciales españolas solicitarán la extradición.

MUSULMANES Según fuentes del Ministerio del Interior, el grupo está compuesto por musulmanes residentes en España que, en la mayoría de los casos, han pasado por distintos centros penitenciarios. Asimismo, los detenidos habían mantenido contacto con individuos en otros países europeos, así como en Estados Unidos y en Australia.

La operación continuaba anoche abierta, si bien, al cierre de esta edición, la policía había procedido a las siguientes detenciones: Smail Latrech, de nacionalidad argelina, en El Ejido (Almería); Alí Omar, Jelloul , en Gandía (Valencia); del también argelino Djamel Merabet, Abú Anas , y de una persona que no llevaba documentación, pero que es conocido como Medhí y que, al parecer, también es argelina, en Cabañuelas (Almería); de Ahmed Mohamed Ahmed, natural de Ceuta, en Madrid; y el marroquí Magid Mchamacha, detenido en Almería.

LAMARI Mientras, ayer se supo que el Ministerio del Interior español desoyó las reiteradas demandas del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para que se ordenara la "urgente y prioritaria" localización del ciudadano argelino Allekema Lamari, considerado el cabecilla de la célula que perpetró los atentados del 11-M, según publicó el diario El País .

Los servicios secretos hicieron la primera petición a Interior en noviembre del 2003, cuatro meses antes del atentado. El CNI expresó su preocupación por el paso a la clandestinidad de Lamari y reiteró al Ministerio del Interior el 6 de marzo sus temores. Cinco días después del 11-M, defendieron que Lamari estaba tras la masacre. Pero Interior no tomó en serio la implicación del argelino hasta el suicidio de siete terroristas (uno era Lamari) en Leganés, en abril.