Algunos gurús de la economía sostienen que si la Roja gana hoy el Mundial aumentará la credibilidad de España en los mercados financieros, y en las últimas semanas se cita un artículo de Financial Times en el que se calculaba que el país que ganara la copa aumentaría hasta un 1% su PIB. Lo que no se sabe es si esa mejora de la confianza se extendería también a José Luis Rodríguez Zapatero, que en tres días afronta el debate de política general más difícil de su mandato, con la credibilidad bajo mínimos.

El barómetro del CIS de abril --antes del tijeretazo-- señalaba que el 75% de los ciudadanos tienen poca o ninguna confianza en el presidente, frente al 22,4% que decían tener mucha o bastante. Una situación peor que la que vivió Felipe González en sus momentos más bajos, en pleno caso GAL y con escándalos de corrupción como el del exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán, que le llevaron a perder las elecciones en 1996. En abril de 1995, tenía un rechazo del 54,4% y un apoyo del 31,1%, y tres meses antes de las elecciones, en diciembre de 1995, todavía el 37,4% de los españoles confiaban mucho o bastante en él, frente al 56,9%, que lo hacían poco o nada.

El desgaste de Zapatero, en parte por su retraso en admitir la magnitud de la crisis, preocupa a los dirigentes socialistas, que no ven cómo se puede recuperar la credibilidad. Ya hace unos meses destacados miembros del Gobierno se lamentaban de no haber sabido proteger al presidente de los ataques de la derecha y, especialmente, de no haber sido capaces de impedir que se instalara la imagen de improvisación y falta de solidez.

Los expertos en demoscopia consultados creen que la única posibilidad que tiene Zapatero de remontar es que la economía vaya bien o que cambie su forma de ser y actuar. Por eso tantos dirigentes del PSOE reclaman a Zapatero que remodele el Gobierno para mejorar la comunicación con los ciudadanos e incorporar personalidades de peso y proyección internacional, como Javier Solana, que tiene interlocución directa con los líderes mundiales, o de prestigio reconocido en el mundo financiero, como Guillermo de la Dehesa.