El director del CNI, Alberto Saiz, entregó ayer por segunda vez al Congreso las facturas de las actividades privadas que espías del centro de inteligencia le acusan de haber costeado con medios públicos. Fue en la Comisión de Secretos Oficiales donde entregó los documentos, que quedaron depositados en el despacho del secretario general del Congreso para que los portavoces puedan verlos, con testigos y sin copias.

Como hizo en la Comisión de Defensa, Saiz insistió ayer en que nunca ha usado dinero de la institución en interés propio ni ha vulnerado la ley. Los portavoces parlamentarios (especialmente la del PP, Soraya Sáenz de Santamaría) se interesaron por los motivos que le llevaron a acometer cambios en la cúpula del CNI. El lo achacó a una reorganización funcional que ha causado malestar entre los afectados y, por ello, filtraciones interesadas.

En relación a las informaciones publicadas por El Mundo, sobre el uso de polígrafos para descubrir a los agentes que, supuestamente, han pasado información sobre su persona, Saiz dijo que estos aparatos son habituales desde el 2005 para trabajar.