Salvador Illa, discreto y disciplinado secretario de organización del PSC, ocupará la cartera de Sanidad, que hereda de María Luisa Carcedo. Estrecho colaborador de Miquel Iceta, ya tuvo un papel destacado en la negociación de la investidura con ERC. El líder del PSC le instó a ser «fiel al legado de Ernest Lluch», último ministro de sanidad catalán (1982-1985) y adalid del diálogo.

En el 2016 fue elegido secretario de organización del PSC, de madrugada y casi en el último momento, tras una delicada confección de la ejecutiva. Desde entonces se convirtió en un fiel escudero de Iceta, que en el cónclave socialista de hace un mes le reforzó en su cargo. Desde las elecciones del 21-D del 2017, que marcan el inicio del resurgir socialista en las urnas, había sido el jefe de campaña del PSC. La capacidad negociadora que había exhibido en acuerdos como el de la diputación con JxCat le llevaron a la mesa de negociación de la investidura con ERC.

Jose Luis Ábalos, homólogo de Illa en el PSOE y compañero en la mesa de negociación, hizo un encendido elogio de Illa en el congreso del PSC que no pasó desapercibido. Desde entonces se señalaba a este político, alejado de titulares estridentes y polémicas tuiteras, como firme candidato a ministro. Pese a ello, Illa hizo gala de su discreción al negar tanto en público como en privado que se viera en el próximo consejo de ministros.

Aunque no tiene experiencia en el ámbito sanitario, además de su trabajo en la cocina del PSC y de la negociación de investidura, este licenciado en Filosofía de aparente estoicismo puede exhibir la capacidad de gestión como alcalde de La Roca del Vallés, director general de Gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia de la Generalitat y director del área de Gestión Económica del Ayuntamiento de Barcelona. R. P.