Ni elecciones anticipadas, ni geometría variable. Tanto el PP como el PSOE se están viendo forzados a cambiar su estrategia. Los conservadores porque tienen que acompasar su "váyase, señor Zapatero" con un periodo de tiempo más largo del que pensaban, ya que no parece que se vayan a producir sus anheladas elecciones anticipadas. Los socialistas porque actualmente solo cuentan con el PNV --y Coalición Canaria-- para salvar los presupuestos para el 2011 y poder así agotar la legislatura. Es decir, se han quedado sin capacidad de maniobra para esa geometría variable que defendió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, incluso en su investidura.

Con la situación económica en continuo estado de shock, la decisión de los nacionalistas vascos de votar en contra del tijeretazo y el anuncio de CiU de que no apoyará las cuentas para el año que viene, nadie daba hace un mes dos duros por la continuidad del Ejecutivo. Pero las cosas han cambiado. Se ha extendido la percepción de que el ataque de los mercados y las medidas de recorte afectan también al resto de los países europeos y el convencimiento de que la responsabilidad de lo que ocurre no recae solo sobre los hombros de Zapatero. Se ha generalizado también la creencia de que unas elecciones anticipadas solo agravarían la caótica economía.

UN SALVAVIDAS Así lo ha entendido el PNV, que se ha presentado como salvavidas del Gobierno y se ha mostrado dispuesto a negociar no solo los presupuestos, sino la propia continuidad de la legislatura. Ese es el argumento que esgrimió el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, para hacer el miércoles una oferta de negociación a los socialistas en la que insistió el viernes el portavoz parlamentario, Josu Erkoreka, quien recordó que "están en juego" no solo las cuentas del Estado, sino la propia "viabilidad del Gobierno y, por ende, de la propia legislatura".

Aunque el PSOE todavía no ha respondido a esa oferta, cada vez son más los socialistas que defienden una apuesta clara por el pacto con los peneuvistas. "Hay que apoyarse en lo que tenemos, y lo que tenemos ahora es el PNV", argumentan. Quienes defienden esta posición abogan por alcanzar un "pacto estable" que permita aprobar las cuentas y recorrer con más calma los casi dos años que quedan hasta las próximas elecciones.

AUTOGOBIERNO El precio de ese apoyo será alto y puede dejar en una situación delicada al lendakari Patxi López (PSE). Consciente del valor de sus votos, Urkullu ha condicionado el respaldo a "un acuerdo satisfactorio sobre el autogobierno vasco" cuyos términos no ha concretado. Algunos interpretan que se trataría de pedir más competencias para Euskadi, mantener el plazo de construcción de la alta velocidad vasca e incluso que podría referirse a la evolución política del conflicto vasco.

Pero las fuentes consultadas señalan que el mayor interés del PNV está en mantener las diputaciones forales, que ahora gobiernan, tras las elecciones locales del 2011, por lo que exigirían a los socialistas que incumplan el pacto con el PP vasco y no le arrebate la Diputación de Alava, la única que en principio podría peligrar. De hecho, en ámbitos nacionalistas se dice que Urkullu habló de ese asunto con el líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti, en su inédito encuentro del 7 de junio.

Las negociaciones con el PNV no han comenzado aún y Erkoreka se queja de que en el Grupo Socialista le dicen que ya hablarán en septiembre, al tiempo que en los escaños del PSOE se comenta la hipótesis de que pueden recibir el apoyo de CiU, cosa poco probable, ya que la tramitación presupuestaria coincidirá con la campaña catalana.