Familiares, amigos y autoridades, encabezadas por el Príncipe de Asturias, dieron ayer su último adiós al soldado Cristo Ancor Cabello, muerto en atentado en Afganistán el miércoles, en un funeral marcado por el dolor y la emoción celebrado en el cuartel de Las Palmas.

El acto por las honras fúnebres de Cabello, de 25 años, contó con la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la ministra de Defensa, Carme Chacón; el líder del PP, Mariano Rajoy, y el presidente de Canarias, Paulino Rivero, entre otras autoridades.

La familia del cabo, en especial su madre y su abuela, siguieron la ceremonia con gran abatimiento y recibieron el apoyo psicológico de militares que les asistieron durante el funeral, que ha durado una hora.

El Príncipe don Felipe le impuso la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, una condecoración en honor a los muertos en acciones violentas en misiones como la de Afganistán. Antes del comienzo de la ceremonia, don Felipe y Zapatero se acercaron a los familiares del cabo para darles el pésame y trasladarles su afecto y solidaridad.

La ceremonia la ofició el arzobispo castrense, Juan del Río Martínez, junto con el obispo de Canarias, Francisco Cases Andreu. Del Río pidió a la familia y amigos del soldado fallecido "no desfallecer" en este momento de dolor. "Esta muerte es semilla de libertad. Sed fuertes. Es el mejor homenaje que podéis rendir a vuestro hijo", les ha dicho. El entierro se hizo en la intimidad.