Los jueces del Tribunal Constitucional Luis Ortega y Fernando Valdés se han opuesto a la decisión de sus nueve colegas, que han rechazado las recusaciones presentadas por la Generalitat y el Parlament contra su presidente, Francisco Pérez de los Cobos, por haber militado en el PP, porque consideran que este acuerdo daña la credibilidad del alto tribunal.

La mayoría de los togados han avalado la afiliación de su presidente al PP por entender que "es un derecho del que no están privados" los jueces del Constitucional, un derecho que no tienen el resto de los magistrados de otros órganos como el Tribunal Supremo o las Audiencias. Así ocurre, subrayan en países como Alemania, Francia,Italia o Portugal.

Asimismo, el pleno considera que esta afiliación no afecta a la neutralidad del juez porque "esta no implica un aislamiento social o político casi imposible de cumplir". También señalan que los togados del alto tribunal están sometidos a la Constitución, ya que son los que deben interpretar la Carta Magna. Por ello, afirman: "El tribunal debe estar formado por jueces que no tengan la mente vacía sobre los asuntos jurídicos sometidos a su consideración".

Opinión sin comprometer

Además, estos magistrados rechazan que los aforismos que Pérez de los Cobos publicó en el 2006 en su libro 'Parva Memoria' hayan comprometido su opinión, a pesar de que en ellos definió el nacionalismo como "una pesadilla".

Por su parte, Ortega y Valdés eran partidarios de que el alto tribunal hubiera realizado algún tipo de investigación sobre la militancia de su presidente en el PP. Estos magistrados reprochan a sus colegas que hayan rechazado las recusaciones basándose "solo en notas de prensa y en el silencio del recusado". Por ello, critican que el alto tribunal "haya legitimado" la afiliación política de sus miembros y, por tanto, que "puedan seguir recibiendo instrucciones" de partidos. Y este hecho se agrava, según Ortega, si el afiliado pertenece al mismo partido que el Gobierno que ha interpuesto los recursos de inconstitucionalidad como ocurre en este caso.

Valdés también destaca que la decisión de sus colegas ha acentuado "innecesariamente" las tensiones "existentes entre poderes" porque afirma: "Los tiempos no son de torres de marfil sino de casas de cristal".