El primer imputado en declarar, el jueves, fue el presunto cerebro, Rabei Osman, el Egipcio, quien inicialmente se negó a responder todas las preguntas y después accedió a replicar solo a las de su abogado defensor. Osman –que en junio del 2004 se atribuyó la organización del 11-M en una conversación telefónica– negó toda relación con los ataques terroristas, y los condenó. “Nunca, nunca, nunca”, repitió varias veces para desmentir su participación en los hechos.El papel de ETA

La posible participación de ETA en los atentados, una tesis alimentada por algunos medios de comunicación y apoyada por el PP, fue motivo de mofa en la segunda sesión, el viernes, día en el que declararon Hasan el Haski, presunto cerebro de los atentados; Yusef Belhadj, acusado de reivindicarlos en un vídeo, y Jamal Zugam, presunto autor material. Menos Zugam, todos contestaron solo a sus defensores. Haski se preguntó, sarcástico, cómo puede tener relación con etarras si ni siquiera habla castellano y recordó que se le quiso ligar con la banda porque tanto él como unos etarras tenían el ya famoso ácido bórico en sus casas. Todos los declarantes proclamaron su inocencia.

El magistrado

El tono tajante del juez Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal, ya es noticia. Presidente de la Sala de lo Penal desde el 2004, ha imprimido un ritmo trepidante a la vista.