JOSE BEOLA , propietario de la discoteca de Santesteban (Navarra), que la semana pasada fue destruida por un coche bomba colocado por la banda terrorista, dijo ayer que el atentado fue por no pagar la extorsión, el llamado impuesto revolucionario, y no, como dice ETA en un comunicado, por colaborar con las fuerzas de seguridad.