La presidenta de Eusko Alkartasuna (EA), Begoña Errazti, confirmó ayer la disposición de su partido a buscar un acuerdo con el PNV en Guipúzcoa, lo que supondría desplazar al PSE, que ha sido la fuerzas más votada en esta provincia. Sin embargo, la ejecutiva presidida por Josu Jon Imaz no ha tomado aún la decisión de impedir que los socialistas accedan al gobierno de la diputación guipuzcoana aunque ese es el deseo manifestado por el líder del sector soberanista, Joseba Egibar.

El papel decisivo de EA en Guipúzcoa se inclina a favor de una alianza que sirva para "reforzar" al Gobierno vasco tripartito (PNV, EA y Ezker Batua). Errazti explicó que es una apuesta estratégica porque su partido quiere que el Ejecutivo de Juan José Ibarretxe mantenga "el liderazgo" de Euskadi durante los próximos años. La decisión de EA supone un problema para Imaz que, por encima de afinidades nacionalistas, trata de mantener las buenas relaciones con el PSE evidenciadas durante el proceso de paz. La entente entre PNV y EA es insuficiente para el Gobierno de Alava, por lo que fuentes peneuvistas estiman conveniente explorar un entendimiento con el PSE, que ya advierte de que hará cuestión de Guipúzcoa.

Los partidos seguirán esta semana los contactos y evaluarán cómo hacer frente a la decisión de ANV, que pretende acudir el sábado a los ayuntamientos para tomar posesión de cargos donde sus listas fueron ilegalizadas. El cabeza de lista de ANV en Ondarroa (Vizcaya), Unai Urruzulo, anunció ayer que hay 112 ediles que les hubieran correspondido en 56 pueblos vizcaínos y dijo que no consentirán que se los "roben".

El departamento vasco de Interior prevé una intervención especial para el día 16 ante probables disturbios.

´KALE BORROKA´ Mientras, la violencia callejera se cebó ayer en el municipio vizcaíno de Barakaldo, donde tres encapuchados quemaron un autobús tras desalojar al conductor. Las llamas afectaron a 12 vehículos y, aunque no hubo heridos, los daños superan los 400.000 euros. El ataque se produjo poco después de la siete de la mañana, cuando un autobús público que comunica Barakaldo con Trapaga (Vizcaya) iniciaba el servicio.

También una veintena de encapuchados atacó antes de la medianoche del sábado el edificio de la Diputación Foral de Alava, en Vitoria, tirando botes con pintura roja y amarilla.