El atentado de ayer tuvo muchas similitudes con el sucedido en Arrasate en marzo, cuando fue asesinado el exconcejal del PSE Isaías Carrasco. De nuevo ETA se ha fijado en una víctima indefensa, con hábitos rutinarios, y otra vez ha elegido una localidad gobernada por ANV. Y como entonces, los ediles de la izquierda aberzale tampoco condenaron la acción. Pero en Azpeitia hubo dos diferencias sustanciales: el pacto de gobierno saltó por los aires tras la negativa de ANV a mostrar su rechazo al asesinato y, a diferencia de lo ocurrido en Arrasate, no hubo insultos a los ediles de PSE, PP y PNV, sino aplausos para la víctima.

ANV tiene la alcaldía de Azpeitia gracias al apoyo de Eusko Alkartasuna y Aralar. Los seis ediles de la izquierda aberzale, unidos a los dos de EA y al de Aralar, se la arrebataron al PNV, que había logrado ocho representantes. Este partido vivió aquella "agresión gratuita", en palabras del dirigente peneuvista Joseba Egibar, como una traición de sus socios en el Gobierno vasco. De hecho, Azpeitia sigue siendo un bastión del PNV. Ahora se abre la puerta para que recupere la alcaldía, si prospera un acuerdo con EA y Aralar para presentar una moción de censura. No hay más combinaciones posibles porque, en este municipio, ni PSE ni PP tienen un solo concejal.

El alcalde de ANV, Iñaki Errazkin, se presentó al mediodía en el lugar del atentado, aunque declinó hacer declaraciones. En el pleno, por la tarde, sí habló, pero no condenó los hechos, por lo que la ejecutiva de EA acordó que sus dos ediles abandonaran de inmediato el Gobierno local.

Los votos de PNV, EA y Aralar permitieron aprobar una moción de condena del atentado terrorista. Los ediles de ANV optaron por presentar su propia propuesta, que no apoyó nadie, en la que no se incluía ninguna petición a ETA para que abandone el terrorismo, aunque sí trasladaba a la familia del asesinado su "pesar, dolor y tristeza" por el "grave suceso".

APLAUSOS PARA LA VICTIMA El portavoz del PNV y exalcalde de Azpeitia, Julián Eizmendi, leyó la moción aprobada, en la que PNV, EA y Aralar manifiestan en "nombre de todos los vecinos de la localidad" su "más rotundo rechazo y condena" del atentado, al tiempo que exigían a ETA el abandono de la violencia. Expresaron también su solidaridad y pésame a los familiares, y mostraron su "apoyo de manera inequívoca" a todo el empresariado vasco "en estos momentos de tanto dolor". Al acabar la sesión, un asistente pidió un aplauso para Uria, que secundaron el público y los ediles del PNV.